Salud del boxeador y esperanza de vida
El boxeador es un perro de aspecto robusto, pero esto no indica buena salud. La respuesta a la pregunta "¿Cuántos boxeadores viven?"- por desgracia, decepcionante. Según cifras oficiales, los representantes de la raza viven hasta 13 años, pero en realidad rara vez se encuentran boxeadores mayores de 10 años.
En la foto: perro boxer
La inmunidad de los boxeadores tiene lagunas y, por lo tanto, su mascota puede ser propensa a las alergias. Una nutrición adecuada es importante para estos perros.
A veces, los representantes de la raza manifiestan una demodecosis, una enfermedad parasitaria. Examine el cuerpo de su mascota minuciosa y regularmente, y si encuentra cambios en la piel, consulte a su veterinario.
Los boxeadores tienen displasia de cadera. Síntomas: dolor, cojera. Si no se trata, el perro experimenta un tormento terrible. La obesidad puede provocar displasia, así que no alimentes demasiado a tu mascota.
Los boxeadores son propensos al cáncer. Habiendo encontrado un tumor, vaya inmediatamente al veterinario.
La alimentación inadecuada está plagada de enfermedades gastrointestinales, que a veces requieren intervención quirúrgica.
Un boxeador puede sufrir de hipotiroidismo, una disfunción tiroidea. Manifestaciones externas: calvicie, obesidad, erupciones cutáneas, hiperpigmentación son posibles.
Los representantes de la raza se resfrían con facilidad, por lo que los cuartos húmedos y fríos no son para ellos. También vale la pena limitar su caminata en tiempo ventoso y húmedo.
Las enfermedades del corazón se heredan. Al elegir un cachorro, verifique si sus antepasados tuvieron problemas similares.
Un hocico acortado es la causa del síndrome braquiocefálico. En este caso, el perro ronca en un sueño, respira ronco y sufre de falta de aliento, que se intensifica durante el entrenamiento, caminar o en el calor.
También se encuentran sordera, miocardiopatía arritmogénica del ventrículo derecho y estenosis aórtica, espondilosis deformante (una enfermedad de la columna vertebral, que puede conducir a parálisis) y enfermedades oculares (inversión o inversión del párpado).
Si nota algún síntoma de la enfermedad (cojera, letargo, apatía, malestar digestivo, etc.), comuníquese con su veterinario lo antes posible.
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